Eucaristía fuente de gracia para la salud de los cristianos

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Fecha
2018
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Editor
Universidad Católica de Trujillo Benedicto XVI
Resumen
La Eucaristía, sacramento por excelencia desarrolla una función esencial en la vida y el crecimiento de fe del cristiano y de toda la comunidad. Ella nutre continuamente, con el alimento de vida y comunión, a quienes son llamados a dar testimonio de Cristo y de su buena noticia al mundo. Ella proporciona la fuerza, vitalidad y la salud necesaria a aquéllos que se encuentran enfermos y débiles, especialmente a los pobres que son los preferidos de Dios (Mt 5,3); y la alegría a quienes están tristes y sufrientes a causa de las dolencias de las enfermedades que aquejan. Anima a los que son tentados de encerrarse en ellos mismos, y no abrirse hacia los demás, hacia la comunidad, en vistas a asumir un compromiso apostólico con la Iglesia. En Ella vemos expresada el intenso amor divino, obteniendo el cristiano la transformación de su propia vida, una vida llena de gracia, amor y perdón; es decir una vida fecunda en Cristo Jesús. Posee una excelencia única, ya que recibimos en Ella al autor de la gracia. En ella Cristo se manifiesta de modo más directo y real. Por ello para el desarrollo del presente trabajo cuyo título es: “Eucaristía, fuente de Gracia para la Salud de los Cristianos”, se ha visto conveniente agrupar la temática en tres capítulos. En el capítulo primero abordamos la definición conceptual y la significancia de la Eucaristía, con la finalidad de tener una mayor profundización de su valor salvífico para la vida de los cristianos, analizada desde las Sagradas Escrituras, el estudio de la Teología Dogmática, la Tradición y el Magisterio. En el capítulo segundo cuyo título es “Fuente de Gracia y Vínculo de Caridad”, resaltamos además de la importancia del sacramento, su valor y significado como la fuente de gracia para la salud de los cristianos, especialmente de los que están enfermos y viven tribulaciones, tanto corporal como espiritual. Siendo además el objetivo principal de nuestra investigación, para ayudar de esta manera a vivir con más plenitud este misterio central de nuestra fe. Sin dejar de lado una de sus características principales del Sacramento, que por naturaleza es vínculo de amor, amor ofrecido gratuitamente como don de Dios, a través de su Hijo Jesucristo, amor que celebramos con fe y que necesariamente debe hacerse vida y compromiso con los demás. “Así amó Dios al mundo. Le dio al Hijo Único, para que quien cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna” (Jn 3,16). Precisaremos también el significado de Enfermedad y de Salud, como elementos esenciales y constitutivos de la vida de fe de los cristianos, y cómo ambas acepciones repercuten hoy en la vida cristiana. Ya que Cristo mismo se convierte en nuestra salud para hacer frente a toda enfermedad, ya que es el médico del cuerpo y del alma. Y que sólo en Él encontramos la salud necesaria para seguir caminando hacia el Reino de Dios. La Eucaristía, es la fuente de donde mana toda gracia sacramental, necesaria para nuestro auxilio físico y espiritual, especialmente en aquellas circunstancias desfavorables de nuestra salud física y espiritual. Finalmente en el capítulo tercero, desarrollamos una reflexión teológica, pastoral y espiritual de la Eucaristía como el alimento de vida, enraizada en la vida misma del cristiano, que vive, celebra y se alimenta de Ella, y que le ayuda a ir creciendo, madurando, renovando continuamente su fe e identidad. Enfatizando en la importancia de la comida en la vida y en la práctica de Jesús como su forma privilegiada de hablarnos del Reino de Dios, descubriendo el valor de cada uno de los símbolos que en ella se destacan (comer, fiesta o banquete, pan de vida, vino, mesa familiar), es por ello que la Eucaristía es el alimento de los cristianos. Acentuando en la persona de Cristo como hombre Sano, Saludable y Sanador. Así como también en la figura de María, Madre de Cristo y Madre nuestra, como modelo y mujer eucarística, que se adhirió plenamente al sacrificio de su hijo, poniéndose en las manos de Dios y confiando plenamente en su voluntad salvífica. Pues nosotros anhelamos esa salvación alimentándonos justamente con la comida de vida eterna.
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Eucaristía
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