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Ítem La acción del espíritu santo en el triduo Pascual según los documentos del concilio Vaticano II(Universidad Católica de Trujillo Benedicto XVI, 2016) Zapata Marulanda, Jhon Byron; Farfan Cordova, EdinsonEl Triduo Pascual de Cristo que celebramos en la liturgia, en los días correspondientes de la Semana Santa, ha disminuido en la cultura postmoderna; pues en muchos pueblos este acontecimiento Pascual de Cristo, se ha visto reducido a simples distracciones, pasatiempos, que no nos permiten vivenciar los signos, gestos, símbolos, señales litúrgicas, que son esenciales para celebrar el Misterio Pascual. El hombre aprende por medio de signos, señales y símbolos como: el agua, el fuego, el pan, el vino, a través de los cuales puede comprender lo que se realiza en las diferentes circunstancias. En cada celebración litúrgica estos signos y símbolos nos ayudan a comprender el plan que Dios tiene para cada uno, entregándonos su salvación que actualizamos en cada liturgia, en cada sacramento, pues el cristiano está sediento del amor de Dios. La necesidad que tienen los cristianos de la vida sacramental es de enorme necesidad para nuestras vidas. Él Espíritu Santo por medio de su acción vivificadora en el corazón de la persona, vivir la experiencia sacramental es entregarse por completo a la presencia Trinitaria; la acción de Dios muestra frutos de vida, amor, esperanza y en los cristianos que somos llamados a ser portadores del EvangelioÍtem Bienaventuranzas en el Evangelio de Mateo 5,3-12 en la Teología Católica(Universidad Católica de Trujillo Benedicto XVI, 2018) Nolorbe Romayna, Eick; Dávila Montalvo, MarcoMotivado por el análisis de la realidad actual, donde se necesita con más intensidad el mensaje de Dios que ilumine nuestra realidad. El tema de las bienaventuranzas de Mt. 5,3-12 pretende iluminar la vivencia cristiana, como propuesta evangélica del proyecto único de Jesús cuando anunció el Reino y la humanización del ser humano, desde la restauración de la dignidad de hijos de Dios. Además constituye una preparación para discípulos y testigos a lo largo de la historia que asuman los criterios del reino y procuran pregonar con ellos sus ejemplo de vida y la felicidad de vida. Así mismo, las bienaventuranzas es un tema que ilumina la vida del cristiano a lo largo de la historia irradiando luz y esperanza a la humanidad en especial a los más débiles, el mismo Jesús tuvo que afrontar situaciones violentas en su vida ministerial, y las bienaventuranzas fueron siempre un mensaje de esperanza anunciando a la humanidad. Con este propósito se desarrolla el primer capítulo en el Antiguo Testamento, dando a conocer cómo Dios, se manifestó a su pueblo por medio de la ley, para alcanzar la perfección cumpliendo los mandamientos de la Alianza pactada con los hombre y al mismo tiempo, ver en algunos personajes del Antiguo Testamento cómo alcanzaron la gracia de Dios. En el Segundo capítulo, se detalla cada bienaventuranza desde el punto de vista de la nueva visión de Cristo, según los comentarios de diversos autores para darnos a conocer el sentido real de las bienaventuranzas, viendo de manera cercana el contenido de las bienaventuranzas como textos que no tuvieron como objetivo proporcionar a los hombres un conjunto de reglas. Sino, su objetivo fue transmitir la Buena Noticia de la liberación y de la salvación en Jesucristo, enviado del Padre, en el dinamismo del Espíritu Santo. Finalmente, en el tercer capítulo se pone de manifiesto, las bienaventuranzas en el Magisterio de la Iglesia, sobre todo en lo de padre de la Iglesia, porque sus escritos contienen una profunda trayectoria, y por medio de ellos, la Iglesia Católica conserva el recuerdo de la vida y enseñanza de Jesús, precisamente son estos escritos los que nos dejaron este gran regalo de las enseñanzas.Ítem La Búsqueda de la interioridad del hombre según el pensamiento de San Agustín(Universidad Católica de Trujillo Benedcito XVI, 2018) Castillo Huamán, Edwin Oliberto; Farfán Córdova, EdinsonLa enseñanza que nos dejó nuestro Padre San Agustín sobre el tema de la búsqueda de la interioridad del hombre, se muestra en el desarrollo de sus distintos escritos, por ejemplo en el libro de Las Confesiones, el tratado sobre La Trinidad, etc. En nuestros tiempos encontramos una problemática social en la cual el hombre se ve arrastrado hacia el exterior en diferentes factores, ya que vivimos en un mundo globalizado y las noticias que nos llegan de toda la tierra hacen que el ser humano viva una especie de agitación de los problemas económicos, sociales y políticos que reclaman nuestra atención. Es por esta razón que la dimensión interior de la vida espiritual de la persona constituye una cuestión importante para nuestro tiempo; Por lo que es de buena tarea el saber sobre el presente tema a analizar y ofrecer a los cristianos el significado pleno de la vida interior. En este sentido, quiero presentar de manera ordenada y sintética la investigación presente sobre la “La búsqueda de la interioridad del hombre según el pensamiento de San Agustín”. San Agustín nos presenta un desarrollo sistemático acerca del tema de la interioridad, ya que descubre en sí mismo (relatos sobre su vida en las confesiones) que el hombre necesita de la “introspección” para analizar y reflexionar sobre sus actos. Esto lo hace con base Platónica brindándonos a nosotros una sencilla comprensión de la Antropología agustiniana en la tarea de buscar la interioridad. Es por esta razón que tomaremos como modelo para dicho trabajo a San Agustín, ya que sus escritos “antiguos” es de pura “actualidad” en nuestros tiempos de hoy. La reflexión a entrar en sí mismo conduce a Agustín a mostrar las ganas que tiene el ser humano a buscar en su interior la paz, la verdad y la tranquilidad de espíritu; ya que recomienda “entrar en sí mismos” para encontrar nuestra interioridad ya que “en la interioridad, el ser humano, juzga, busca, decide su propio destino”. Es por esta razón que caemos en la cuenta que toda decisión de la persona es un acto de la interioridad, ya que el ser humano piensa (en su interior) antes de hacer cualquier cosa: o buena o mala. Y es por ese motivo que para construir o reconstruir su vida, el ser humano tiene que volver a su “interior”.Centremos ahora nuestro pensar en las palabras de Jesús que decía: “Lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre. Porque de dentro, del corazón (interioridad ) de los hombres, salen las intenciones malas: fornicaciones, robos, asesinatos, adulterios, avaricias, maldades, fraude, libertinaje, envidia, injuria, insolencia, insensatez. Todas estas perversidades salen de dentro y contaminan al hombre” (Mc 7,18- 23). Entonces no es posible ser verdaderamente cristiano sin aceptar plenamente que tenemos una interioridad, ni acusando al cuerpo (externo) de lo que, en realidad, es el pecado del corazón (interno) . El verdadero problema del equilibrio humano no se sitúa en el cuerpo, al que resulta demasiado fácil acusar, sino en el corazón del hombre, en su propia interioridad que lastimosamente es olvidada por el mismo. Todos los seres humanos tenemos conciencia de tener dificultades para aceptarnos a nosotros mismos en la dualidad de nuestro cuerpo (exterior) y nuestra alma (interior) . O bien acusamos de ello a Dios, reprochándole haber creado al hombre con un alma o de haberlo creado con un cuerpo. ¡Por qué no ha creado al hombre como puro espíritu o simple animal! Y esa es la cuestión que pretendo desarrollar a lo largo de este trabajo. Demostrar el sentido de la interioridad en la vida del hombre explicando estos puntos a la luz del pensamiento de San Agustín. El objetivo a alcanzar es “Promover la búsqueda de la interioridad personal del hombre, a través de la vida y testimonio de San Agustín para el hombre de nuestra sociedad actual”. Explico: Promover la búsqueda de la interioridad personal del hombre; ya que la persona moderna, invadido por toda la globalización, lastimosamente se olvida de la interioridad y para muchas veces en el ajetreo de lo externo. A través de la vida y testimonio de San Agustín; ya que él nos deja muchos testimonios de su vida misma en la búsqueda de la Interioridad; su vida y sus obras nos ayudarán a nosotros a comprender mejor el valor de la Interioridad. Para el hombre de nuestra sociedad actual, ya que a nosotros nos va a tocar trabajar con dichas personas, que olvidan su interioridad y muchas veces no escuchan la voz de Dios quien habla en lo más profundo de la conciencia y esto produce un cierto alejamiento del hombre moderno frente a la relación con Dios. Este trabajo está dividido en tres capítulos, partiendo desde el cimiento mismo sobre el tema de la “interioridad”, en el capítulo primero se desarrolla el tema de “Las fuentes de la antropología agustiniana” en donde veremos la vida y obras de san Agustín.En el capítulo segundo titulado “La búsqueda de la interioridad del hombre”, analizaremos con más profundidad el tema de la “interioridad” teniendo como referencia los temas sobre la búsqueda de Dios por san Agustín, una explicación de la interioridad y su sentido autentico, también analizaremos el hombre creado a imagen y semejanza de Dios y como es que Dios habla al corazón del hombre por medio de una vida en interioridad. En el capítulo tercero centramos la temática en la problemática del hombre actual; lastimosamente por olvidarse de la interioridad, el ser humano comete muchas faltas sobre si mismo, sobre los demás y sobre la creación que Dios le ha dado y lugar de convertirse en un co-administrador de los bienes concedidos por Dios, se convierte en un destructor. Analizaremos aquí los enfoques que hace el hombre moderno sobre su interioridad personal.Ítem Comprender e interpretar la eucaristía desde las comidas de Jesús(Universidad Católica de Trujillo Benedicto XVI, 2016) Kavuki, Januarius Kyalo; Pereda Zelada, EdwinUna de las señales de identidad más importantes de cualquier cultura son sus ritos de mesa. Toda cultura establece con quién se come, qué se come, cómo, dónde y cuándo hacerlo. En el trabajo que se presenta a continuación se desarrollará el significado de las comidas de Jesús en el contexto cristiano. Jesucristo rompe con todos los modelos establecidos por la cultura judía, en lo que se refiere a las comidas, al momento de compartir el alimento. La tradición hebrea no permitía sentarse a los fariseos, los escribas y judíos a la mesa con los pobres, los marginados de la sociedad, los pecadores, aquellos que no cumplían con los ritos de pureza legales, aquellos que no tenían dinero o estaban enfermos y por estas causas eran excluidos de la sociedad judía. Los judíos eran observantes rigurosos de los rituales de pureza y limpieza al momento de comer. Jesús da un sentido nuevo a la comensalidad al momento de sentarse a la mesa, Jesús no excluye, sino que suple el legalismo de la ley con otra norma, la de la misericordia, y la acogida. A la mesa de Señor pueden acercarse los pecadores, los marginados, los pobres, los mismos fariseos; en sí, todos los hombres están invitados a esta mesa. De la misma manera, Jesús acepta compartir la mesa con los pecadores y con los marginados.Ítem La Confirmación: un sacramento de iniciación en el Teologo Dionisio Borobio(Universidad Católica de Trujillo Benedicto XVI, 2020) Ponte Campos, César Vincent Martín; Farfán Córdova, Edinson EdgardoEste trabajo de investigación se ha elaborado con el objetivo fundamental de concientizar a los fieles cristianos, que, una vez recibido el sacramento de la Confirmación, se debe dar fruto en la vida de la Iglesia y en el mundo, eliminando de esta manera el pensamiento equivocado de muchos que afirman, que solamente es “un Sacramento que se recibe en la juventud y que es parte de culminación de un proceso que pide la Iglesia”. El presente trabajo se ubica en la rama de la teología denominada “teología sacramental”. En su esencia más íntima este Sacramento significa, la plenitud del don del Espíritu Santo en la vida del creyente, y tiene como fin llevar al cristiano a la madurez espiritual y a la culminación del proceso de la Iniciación Cristina; pero, no como un requisito que pide la Iglesia, sino como lo que es en realidad, una necesidad profunda y real en la vida espiritual del hombre. Esta verdad fundamental debe llevar al hombre a ir más allá del rito externo del Sacramento, que si bien es cierto se recibe una sola vez en la vida, y para el cual la iglesia pide sea administrado en la etapa de la juventud, este Sacramento puede ser recibido lícitamente según sea el caso, después de la juventud. Teniendo presente que ser confirmado es un acontecimiento necesario, por el que todo cristiano debe pasar, pero a la vez siendo consciente del compromiso que va a asumir y de las implicaciones del mismo, en su vida personal y social dentro de la iglesia y fuera de ella. Es por ello que este trabajo de investigación lleva por título “La Confirmación: Un Sacramento de iniciación en el teólogo Dionisio Borobio”, cabe decir que nuestra principal preocupación será descubrir la riqueza de este sacramento en la vida personal y eclesial del creyente. Nuestra Iglesia será reflejo del reino de Dios que ha llegado ya, en la medida que se comprometa en la construcción de un mundo más solidario y fraterno, convicción que el cristiano adquirirá en la medida en que deje de ver a los sacramentos sólo como simples actos públicos, sociales, que no tienen repercusión en la vida espiritual del hombre y mucho menos en la vida de la Iglesia. Es importante plasmar de forma clara el objetivo de este trabajo de investigación que es que el Confirmado, sea consciente que después de recibir la plenitud del Espíritu Santo en este Sacramento, recibe una misión, aquella misión que se traduce en un compromiso con la comunidad eclesial a la cual pertenece y desde ella con el mundo, siendo de esta manera capaz de testimoniar al mundo con su palabra y con su ejemplo, la alegría de ser enviado a proclamar; que la acción permanente, activa, presente, transformante y regeneradora que él da a su Iglesia y de la cual quiere que todos sean partícipes. En el Primer Capítulo, presentaremos el estado actual del sacramento de la Confirmación, para ello estudiaremos a groso modo el proceso largo por el cual tuvo que pasar este sacramento hasta llegar a su independencia actual, siguiendo una línea gradual que pondrá ante nosotros la realidad de este proceso de identificación sacramental, para lo cual partiremos del concepto de Iniciación Cristiana, para así poder identificar el lugar que ocupa este Sacramento dentro de ella, nos valdremos de las Sagradas Escrituras, en las cuales no se habla propiamente este sacramento, tomaremos también el aporte confiable de los Padres de la Iglesia, por mencionar sólo alguno de ellos San Agustín y San Ambrosio, y asimismo del Magisterio de la Iglesia, concretamente el Concilio Ecuménico Vaticano II, nos dará las directrices para una definición ya más clara de este sacramento a la cual llegamos. En el Segundo Capítulo, presentaremos la teología del sacramento de la Confirmación, en la cual se pondrá énfasis en la institución del sacramento, su fundador y su fundamento, y todo lo que ello implica, tendremos en cuenta también la relación que existe entre el Bautismo y la Confirmación, sabiendo que no son idénticos, sino independientes. En el Tercer Capítulo, se tratará del sacramento como signo de la fe, esta fe que es signo constitutivo de todo sacramento y que por ende debe serlo también del sacramento de la Confirmación, fe que llevará a reconocer al Espíritu Santo como don de Dios, como ese sello que marca al hombre no sólo en lo externo sino en su interior, en su corazón, como pertenencia de él. Don que se deja experimentar en el acontecimiento de Pentecostés, que es cumplimiento de la promesa de Cristo de enviar al Paráclito. Finalmente, después de estudiar los elementos principales del sacramento de la Confirmación realizaremos una reflexión teológica-pastoral, con el fin de presentar a los lectores unas directrices de acción y vivencia del sacramento una vez recibido, pues estamos convencidos que no todo el que diga “Señor, Señor entrará en el reino de los cielos, sino; el que cumple la voluntad del Padre”.Ítem El discipulado en la historia del Cristianismo hasta el documento de aparecida(Universidad Católica de Trujillo Benedicto XVI, 2018) Núñez Delgado, Abraham; Farfán Córdova, EdinsonLa vocación cristiana tiene su inicio y su cimiento en el amor originario de Dios. Él es quien llama al hombre de modo coloquial y amical, un llamado y una respuesta que admiten libertad. Este trabajo está hecho mediante una metodología explicativa, descriptiva, y vivencial. Los fundamentos brotan desde la Sagrada Escritura, la Tradición y el Magisterio de la Iglesia. Este tema, es importante porque el discipulado es una decisión esencial de la voluntad, que envuelve fidelidad, permanencia y compromiso. También porque hay una falta de perseverancia en el proceso formativo cristiano y en las responsabilidades que se aceptan como cristianos. Muchos jóvenes de hoy en día que tienen un “vacío espiritual” o los medios utilizados para el encuentro con Dios no están siendo eficaces. Esto tiene muchas causas, por ejemplo, el mal uso de los medios de comunicación social, la secularización, la ignorancia, etc. Yo quiero enfatizar en la carencia del encuentro con Cristo vivo. Es un “derecho” fundamental, como personas que somos, tener un encuentro con Cristo Resucitado, porque nosotros nacimos para encontrarnos con otros, porque hemos sido creados para el encuentro. No solo quedarse con el encuentro, sino avanzar en este proceso de formación de los discípulos misioneros que nos propone el documento de Aparecida; hacia la conversión, el discipulado, la comunión eclesial y la misión. El objetivo general es: tratar de que estas orientaciones, sobre el discipulado en la historia del cristianismo hasta el documento de Aparecida, nos despierte la curiosidad y un sincero interés de lanzarnos al episodio del discipulado misionero. Para originar, promover, facilitar, madurar y compartir la experiencia de encuentro personal con Jesucristo. Los objetivos específicos son: tratar de comprender que nuestra fe surge de un encuentro personal con Jesucristo. Reflexionar sobre lo que nos dice: San Marcos 3, 14. “los llamó para que estuvieran con Él y para enviarlos”. Y finalmente, tener presente este proceso: que el encuentro con Jesús vivo me conduce a la conversión, al discipulado, a la comunión y a la misión. Esta investigación, consta de tres capítulos, a saber: Capítulo I: El discipulado en los Evangelios sinópticos y en San Juan. Está subdividido en seis partes: etimología y diferencias entre discípulo y apóstol; diferencias entre los discípulos de Juan Bautista, los discípulos de los doctores judíos y los discípulos de Jesús; el discipulado en los evangelios sinópticos; el discipulado en el evangelio de San Juan; el discipulado en los Hechos de los Apóstoles; y el discipulado en las Cartas de San Pablo. Es necesario concebir un recorrido de la vocación en los Evangelios y el perfil que requiere el discípulo que es llamado por Jesús y la peculiaridad de esa llamada, ya que sólo desde el encuentro personal con Jesucristo surge la naturaleza del discipulado y el alimento para llevarlo a cabo la misión a la cual está llamado. También, hay que distinguir entre discípulo y apóstol; ser discípulo implica ser seguidor, es el que aprende, el que se sitúa voluntariamente bajo la dirección y aprende una doctrina del maestro; en cambio el apóstol, es el enviado por Alguien, tiene una misión determinada. El discípulo necesita un guía, un pedagogo, un maestro, para formarse integralmente; porque su anhelo es la perfección. Jesús se dispone a instruir. Empieza a corregir al discípulo, su educación es expresión de amor a la que ha de confirmar con la escucha atenta y con todo su corazón. Pero su debilidad le hace pecar y le aparta del Maestro. Es en donde florece la misericordia de Dios, que siempre nos está buscando, Él es quien toma la iniciativa para que se reconcilie y regrese. La reciprocidad de Cristo no permanece en la dimensión pedagógica de Maestro-discípulo, sino que se propaga hasta el trato amical; en esto se va a diferenciar el discipulado de Jesús, en relación con el discipulado de Juan Bautista y el discipulado de los doctores de la ley; porque los discípulos de Jesús irradian un nuevo estilo de vivir la fe; porque son expositores de la novedad y la novedad radica en una nueva forma de concebir a Dios y relacionarse con Él, porque ellos se han unido no a una doctrina, sino a una Persona, Cristo Jesús. Capítulo II: El discipulado en la tradición patrística. Se presenta, el pensamiento sobre el discipulado en algunos padres de la Iglesia, específicamente en: Orígenes, San Juan Crisóstomo, San Jerónimo, San Agustín de Hipona, San Benito de Nursia y los concilios: Trento y Vaticano II. Los padres de la Iglesia, por medio de sus enseñanzas, de sus escritos, por su antigüedad, por su santidad y doctrina; son maestros de la fe. Tienen una viva conciencia Católica, un profundo sentido del misterio divino, y su consentimiento unánime establece una regla indudable para comentar la Sagrada Escritura. Capítulo III: El discipulado a la luz del documento de Aparecida. Esta subdividido en diez partes: datos generales del documento de Aparecida; ¿Qué es el discipulado en el documento de Aparecida?; la alegría de ser discípulo misionero; la vocación y la espiritualidad de los discípulos misioneros; los discípulos misioneros al encuentro de Cristo vivo; lugares que propician el encuentro con Cristo; el proceso formativo de los discípulos misioneros; la formación de los laicos para vivir un auténtico discipulado y cómo ser discípulos de Jesús hoy (aplicación pastoral). Esta V Conferencia del Episcopado de América Latina y el Caribe, se realizó del 13 al 31 de mayo en el año 2007 en la ciudad de Aparecida (Brasil). Fue convocada y presidida por el Papa Benedicto XVI. Tiene como lema: Discípulos y misioneros de Jesucristo para que nuestros pueblos en Él tengan Vida. “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Jn 14, 6). Los pastores de la Iglesia Católica, quieren darnos un nuevo lanzamiento a la evangelización, para que nuestros pueblos continúen floreciendo y madurando en la fe, en este mundo marcado por profundas transformaciones y avances tecnológicos. El hilo conductor es la figura del discípulo, pone énfasis en la persona creyente y su contexto socio-histórico. Retomó la metodología de ver, juzgar y actuar. Hay una clara diferencia con las anteriores Conferencias Episcopales Latinoamericanas que la precedieron: Rio de Janeiro (1955), Medellín (1968), Puebla (1979) y Santo Domingo (1992). Se busca con este trabajo despertar en el lector una gran curiosidad y un sincero interés de lanzarse a la aventura del discipulado, haciéndose así parte en la misión evangelizadora que nos plantea el documento de Aparecida. Este trabajo tiene una característica sencilla que irradiará al lector conocer un poco más, para comprometerse más en el seguimiento y en el anuncio de la Buena Nueva.Todos los bautizados están llamados, primero, a ser discípulos de Jesucristo, a tener un encuentro personal con la persona de Cristo vivo; y segundo a ser misioneros de Jesucristo, sólo así se logrará salir al encuentro de los demás miembros de la Iglesia, llevándolos también a ellos al encuentro con Jesucristo. A la urgencia del encuentro y del anuncio, es propicio recordar las palabras del Apóstol Pablo a los Romanos: pero ¿Cómo invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Cómo creerán en aquel a quien no han oído? ¿Cómo oirán sin que se les predique? y ¿Cómo predicarán si no son enviados? Como dice la Escritura: ¡cuán hermosas los pies de los que anuncian el bien! (Rm 10, 14-15) a partir de estas palabras del Apóstol, dejó vislumbrar la necesidad urgente de la misión y el compromiso que debe tener el discípulo, que es el tema de fondo de este trabajo.Ítem El cristiano ante el sufrimiento y la esperanza de encontrar la felicidad(Universidad Católica de Trujillo - Benedicto XVI, 2024-10-10) Álvarez Vásquez, Antón Jhonny; Farfan Córdova, Edinson EdgardoEl hombre siempre ha buscado la felicidad, pero se ha topado con el sufrimiento como parte de su diario caminar hacia su meta, por ello, en esta tesina se busca darle un sentido cristiano a este drama al que se enfrenta el ser humano hasta lograr su salvación. El problema: el drama que vive el hombre ante el sufrimiento en su camino para alcanzar la felicidad encontrándole sentido a su vida. La respuesta: encontrarle sentido al sufrimiento desde la esperanza para alcanzar la felicidad a través de la tradición de la Iglesia y de la Sagrada Escritura que nos muestra el camino para alcanzar la salvación a ejemplo de nuestro Señor Jesucristo: el siervo sufriente.Ítem El sentido Cristiano del sufrimiento(Universidad Católica de Trujillo. Benedicto XVI, 2024-05-29) Benites Vera, Simón Moisés; Pacherres Torrejón. MarcoantonioDesde la reflexión soteriológica, esta tesina desarrolla la respuesta que da la teología cristiana al problema del sufrimiento corporal y al drama existencial que vive el hombre postmoderno para encontrarle sentido. El problema: la necesidad de responder al drama existencial que vive el hombre postmoderno en su búsqueda de un sentido para el sufrimiento corporal. La propuesta: desarrollar la respuesta cristiana para el sufrimiento corporal y el cómo ésta se presenta como una oportunidad de transformar el drama existencial ya mencionado en una experiencia redentora.Ítem Eucaristía fuente de gracia para la salud de los cristianos(Universidad Católica de Trujillo Benedicto XVI, 2018) Panduro Macahuachi, Salomon; Farfán Córdova, EdinsonLa Eucaristía, sacramento por excelencia desarrolla una función esencial en la vida y el crecimiento de fe del cristiano y de toda la comunidad. Ella nutre continuamente, con el alimento de vida y comunión, a quienes son llamados a dar testimonio de Cristo y de su buena noticia al mundo. Ella proporciona la fuerza, vitalidad y la salud necesaria a aquéllos que se encuentran enfermos y débiles, especialmente a los pobres que son los preferidos de Dios (Mt 5,3); y la alegría a quienes están tristes y sufrientes a causa de las dolencias de las enfermedades que aquejan. Anima a los que son tentados de encerrarse en ellos mismos, y no abrirse hacia los demás, hacia la comunidad, en vistas a asumir un compromiso apostólico con la Iglesia. En Ella vemos expresada el intenso amor divino, obteniendo el cristiano la transformación de su propia vida, una vida llena de gracia, amor y perdón; es decir una vida fecunda en Cristo Jesús. Posee una excelencia única, ya que recibimos en Ella al autor de la gracia. En ella Cristo se manifiesta de modo más directo y real. Por ello para el desarrollo del presente trabajo cuyo título es: “Eucaristía, fuente de Gracia para la Salud de los Cristianos”, se ha visto conveniente agrupar la temática en tres capítulos. En el capítulo primero abordamos la definición conceptual y la significancia de la Eucaristía, con la finalidad de tener una mayor profundización de su valor salvífico para la vida de los cristianos, analizada desde las Sagradas Escrituras, el estudio de la Teología Dogmática, la Tradición y el Magisterio. En el capítulo segundo cuyo título es “Fuente de Gracia y Vínculo de Caridad”, resaltamos además de la importancia del sacramento, su valor y significado como la fuente de gracia para la salud de los cristianos, especialmente de los que están enfermos y viven tribulaciones, tanto corporal como espiritual. Siendo además el objetivo principal de nuestra investigación, para ayudar de esta manera a vivir con más plenitud este misterio central de nuestra fe. Sin dejar de lado una de sus características principales del Sacramento, que por naturaleza es vínculo de amor, amor ofrecido gratuitamente como don de Dios, a través de su Hijo Jesucristo, amor que celebramos con fe y que necesariamente debe hacerse vida y compromiso con los demás. “Así amó Dios al mundo. Le dio al Hijo Único, para que quien cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna” (Jn 3,16). Precisaremos también el significado de Enfermedad y de Salud, como elementos esenciales y constitutivos de la vida de fe de los cristianos, y cómo ambas acepciones repercuten hoy en la vida cristiana. Ya que Cristo mismo se convierte en nuestra salud para hacer frente a toda enfermedad, ya que es el médico del cuerpo y del alma. Y que sólo en Él encontramos la salud necesaria para seguir caminando hacia el Reino de Dios. La Eucaristía, es la fuente de donde mana toda gracia sacramental, necesaria para nuestro auxilio físico y espiritual, especialmente en aquellas circunstancias desfavorables de nuestra salud física y espiritual. Finalmente en el capítulo tercero, desarrollamos una reflexión teológica, pastoral y espiritual de la Eucaristía como el alimento de vida, enraizada en la vida misma del cristiano, que vive, celebra y se alimenta de Ella, y que le ayuda a ir creciendo, madurando, renovando continuamente su fe e identidad. Enfatizando en la importancia de la comida en la vida y en la práctica de Jesús como su forma privilegiada de hablarnos del Reino de Dios, descubriendo el valor de cada uno de los símbolos que en ella se destacan (comer, fiesta o banquete, pan de vida, vino, mesa familiar), es por ello que la Eucaristía es el alimento de los cristianos. Acentuando en la persona de Cristo como hombre Sano, Saludable y Sanador. Así como también en la figura de María, Madre de Cristo y Madre nuestra, como modelo y mujer eucarística, que se adhirió plenamente al sacrificio de su hijo, poniéndose en las manos de Dios y confiando plenamente en su voluntad salvífica. Pues nosotros anhelamos esa salvación alimentándonos justamente con la comida de vida eterna.Ítem Eucaristía, Fuente y Culmen de toda vida cristiana(Universidad Católica de Trujillo Benedicto XVI, 2020) Jimenez Salirrosas, John Leener; Farfán Córdova, EdinsonEn el transcurso de estos años de formación intelectual y espiritual en el “Seminario Mayor San Carlos y San Marcelo”, fue difícil decidir la temática de este trabajo. Luego de una larga y metódica investigación de temas posibles, fue gracias a la participación diaria en la celebración Eucarística y en la observación del modo en que los fieles viven la Eucaristía, el motivo por el cual me decidí emprender este tema: “Eucaristía, fuente y culmen de toda vida cristiana”. El presente trabajo, tiene el propósito de mostrar a todos los bautizados que la Eucaristía es y ha sido siempre la cumbre de nuestra vida, ya que así fue vivida desde los inicios en la Iglesia primitiva, y posteriormente en los siglos siguientes; y que en nuestra actualidad se ha ido debilitando y minimizando su celebración y compromiso que exige. Se espera que estas páginas, motiven y sirvan de ayuda a todos los cristianos a volver a las fuentes para encontrar el significado profundo de la institución de la Eucaristía. El objetivo general es analizar las diferentes etapas que tuvo que pasar el sacramento de la Eucaristía, desde su institución, su fundamentación histórica, Patrística y del Magisterio, con el propósito de situar a este sacramento en el centro de nuestra vida, y de esta manera, sirva como referencia teológica para sustentar nuestra tradición cristiana de celebrar y vivir la Eucaristía como una cena que convoca y ofrece vida para todos los que acogen su llamado. Para lograr este objetivo, se ha utilizado la visión teológica propuesta por el Padre José de Baciocchi en su libro “La Eucaristía”. El desarrollo de esta tesina está organizado en tres capítulos: En el primer capítulo se sitúa las fuentes y referencias de la celebración eucarística; a la vez que se profundiza, por medio de los Evangelios, los Hechos de los Apóstoles y de la carta de San Pablo a los Corintios, en una mirada retrospectiva a la conmemoración de la pasión del Señor que fue verdadero sacrificio y que se actualiza en cada celebración, en forma de banquete o decomida, por ello se detalla el modo en que se vivía la centralidad de la Cena del Señor en la vida de la Iglesia primitiva, perpetuando el mandato de Jesús (Lc 22,19-20) en esa praxis de los primeros cristianos, entorno a compartir el pan y el vino como alimentos sagrados. En el segundo capítulo se aborda la centralidad de la Eucaristía en la vivencia vista desde la Tradición Patrística. Son los Santos Padres de la Iglesia los que nos relatan y viven de un modo ininterrumpido ese mandato del Señor “haced esto en memoria mía”. La vivencia Eucarística en la Iglesia Patrística estaba bien consolidada y vivida, hasta el extremo de dar la vida por Cristo. Se vio también en este capítulo algunas controversias de siglo IX que surgieron en torno a la presencia real de Cristo en las especies consagradas y cómo la Iglesia respondió doctrinalmente por medio del Magisterio a esas desviaciones doctrinales principalmente el Concilio de Trento y posteriormente el Concilio Vaticano II. En el último capítulo se presenta la unidad de la Eucaristía y la Eclesiología, en esa relación indispensable entre ellas, se muestra las dificultades y los nuevos retos, los cuales reducen la vivencia de los hombres en esa comunión eucarística y eclesial. Se analiza también la relación con el futuro, ya que este sacramento prefigura la comunión Escatológica que se tendrá con Dios en la Patria Celestial. Se estudia además la figura de María como mujer Eucarística, resaltando las particularidades de María como modelo del discípulo y madre de la Iglesia. Y como último punto de estudio, se realiza una perspectiva pastoral con algunos enfoques conclusivos que puedan ser aplicados en nuestra tarea misionera para recuperar la centralidad de la Eucaristía, y sirva como guía práctica en la vida de todo cristiano que desee consolidar sus conocimientos sobre este sacramento, ya que en muchos casos se desconoce o se conoce muy poco.Ítem La evangelización en América Latina(Universidad Católica de Trujillo Benedicto XVI, 2021) SÁNCHEZ LUNA, RODILBERTO; VILLACORTA NÚÑEZ, JOSÉ LUISEvangelizar es comunicar una buena noticia a los pobres. Ser un verdadero evangelista, creo que demanda de mucho esfuerzo. Así mismo, evangelizar requiere también de una buena actitud de verdaderos cristianos con el deseo de comunicar el mensaje Dios. Por otro lado, el eje central de la evangelización es, sin duda, la fidelidad al mensaje de Cristo, del cual somos servidores, y por ello hemos tratar de trasmitirlo intacto y vivo y, sobre todo, de una manera comprensible y persuasiva. Es sabido, que Jesús es el primer evangelizador, por lo cual, nos ofrece una ruta segura para abordar el tema de la evangelización en América Latina. Lo primero que nos atrevemos a rescatar de Jesús, como evangelizador, es que tiene la convicción de que existe una Buena Noticia que anunciar. Por esta razón, su vida y misión se constituyen al servicio de esa buena noticia. Por otro lado, la evangelización es, ante todo, una invitación a convertirnos a ese Cristo adhiriéndonos a la comunidad de los que creen, a fin de que esta salvación triunfe en nosotros y en la sociedad latinoamericana, y por qué no decirlo en la sociedad universal.Ítem La experiencia de la misericordia en las confesiones de San Agustín(Universidad Católica de Trujillo Benedicto XVI, 2018) Martinez Vizueta, Jorge Jonathan; Farfán Córdova, Edinson EdgardoNo es presuntuoso afirmar que el autor que se ha escogido para el desarrollo del presente trabajo es altamente conocido y considerado por casi todas las esferas de la cultura intelectual. San Agustín de Hipona fue un hombre de gran inteligencia, apasionada fe y de un incansable celo pastoral. Según el Papa emérito Benedicto XVI, es uno de los santos y doctores de la Iglesia más conocidos al menos de nombre, incluso por quien ignora el cristianismo o no tiene familiaridad con él (Benedicto Pp. XVI, IV Audiencia, 2008, p. 04). Aunque es el Padre de la Iglesia que mayor número de obras ha dejado, cabe la interrogante de cuán conocido y/o leído es en esta localidad. En este primer capítulo se proporciona un alcance general sobre la persona de Agustín, sus principales obras y específicamente, sobre el libro escogido para esta investigación, las Confesiones.Ítem Fundamentos teológicos de la familia y los retos actuales(Universidad Católica de Trujillo Benedicto XVI, 2019) Nuñez Carrasco, Pepe; Villanueva Pomacondor, EledoroEl ámbito en que se desenvuelve el contenido de la tesina, es el campo antropológico, pero desde una visión básicamente teniendo en cuenta a las Sagradas Escrituras; por tanto la antropología bíblica nos ayuda a conocer al ser humano desde sus orígenes y como ha ido caminando a lo largo de la propia historia de la humanidad; nos permite ampliar nuestros conocimientos y abrir nuestros pensamiento con la razón para indagar en cuanto concierne al hombre, es decir en su forma corpórea, en conjunto, como ser en el mundo que está llamado a compartir toda su vida con los demás. Es propicio ver que el origen del hombre es por iniciativa de Dios, es su propia obra creador Dios muestra sus maravillas y de manera especial le brinda un realce a la persona, que lo creo libre y le concedió las facultades adecuadas y que le pertenecen a la naturaleza de la persona, y que el hombre se encargara de explorar cada una de ellas que le permitirán llevar una vida según la voluntad de su Creador. El ser humano desde su inicio fue creado, como un ser social que lleva impreso en sus propia naturaleza, por tanto según el relato Bíblico nos da a conocer que cuando el hombre fue creado y vio que estaba solo sintió la necesidad de poder contar con una compañera, alguien con quien si pudiera relacionarse como es debido ya que con las creaturas de la naturaleza no podía complementarse en cierto modo. Según los designios de Dios, le concede al hombre contar con una compañera que se pueda complementar y relacionarse mutuamente, así mismo veremos la misión que se le comunica a la humanidad entera, es decir de poder ser buenos administradores de los bienes de la casa común, según los signos de los tiempos, y que no es el único si no que debe cuidar y proteger los bienes para las próximas generaciones futuras que también desearan gozar de la propia creación de Dios. Como vemos, que la humanidad es por naturaleza busca ser sociable pero muchas veces cae en el error en cuanto que se forman pequeños grupos dentro de la sociedad y se vuelven exclusivos a tal punto de ir en contra de la dignidad de la persona sin tener en cuenta que es creatura de Dios y que todos merecemos un trato adecuado según corresponde, es por eso que tocaremos este tema para poder ir adentrándonos en el tema central de la tesina que trata de rescatar el tema de la dignidad del varón y de la mujer. En estos tiempos difíciles que se ven en nuestro entorno, ya sea a través de la corrupción en el ambiente social, político y económico, del mal trato que se le da al hombre y a la mujer en el campo laboral, en la falta de practica de los valores evangélicos, la visión de que la supervivencia es para los más fuertes y hábiles para engañar a las personas, perjudican a la célula de la sociedad y en vez de ir creciendo como personas más nos estancamos, pero ante todo ello siempre hay una luz de esperanza. Frente a estos desafíos cabe apostar por la vida del matrimonio y la familia como fuentes de bendición de Dios para con la humanidad, ya que Dios ha concedido a unos la vocación a la vida matrimonial y otros la vida consagrada según la misión de Jesucristo. Hablar del matrimonio y de la familia es un poco delicada aun cuando que el sujeto principal es el ser humano que es creatura de Dios y que posee una dignidad, que tiene libertad para poder asumir responsabilidades a corto y a largo plazo que se verán fructificadas en la vida del matrimonio y familiar; de tal modo que al iniciar una historia del amor de cada pareja hay que resaltar un elemento importante, es decir la vida de los cónyuges debe estar cimentada desde el amor. El varón y la mujer deben se consientes que en este proyecto que se encaminan juntos se cuenta con la bendición de Dios para superar cada uno de los desafíos que la misma realidad nos presenta, por tanto los bautizados caminamos en contracorriente a la manera de pensar de la sociedad. Al seguir nuestra vida de fe como buenos cristianos estamos llamados a vivir cada uno de los sacramentos que la Iglesia nos presenta de manera responsables y según corresponde la doctrina de la Iglesia. El matrimonio y la familia es el medio para promover vida de manera responsable según corresponde a las posibilidades de cada familia, siempre siendo conscientes que no son señores de la existencia, sino que es un don del Creador que hay que cuidarlo protegerlo y velar por su desarrollo integral; para que cundo los hijos se independicen de la familia se encuentren preparados para desempeñar su rol dentro de la misma sociedad. Como todo proyecto de vida en conjunto, la vida de la familia implica un conocerse mutuamente y donarse el uno al otro dejando de lado el egoísmo, para encaminarse a buscar el bien común, dentro de la misma familia y hacia el exterior; es decir su función con la sociedad y de manera especial con la labor de la Iglesia; que les llama a ser un espacio especial para cultivar la vida espiritual de la prole y de cada uno de los integrantes de los miembros de la familia que en unos casos es numerosa en cuanto que se viven los abuelos, los padres, los hijos y los sobrinos. La familia es una luz de esperanza que la barca de la Iglesia pueda ir a buen puerto, está en la misión de la Iglesia promover los medios adecuados que le permita a los matrimonios y familias ser perseverantes en la vocación que Dios por iniciativa propia les ha concedido. Ya que la familia cuenta con la vocación y la bendición de Dios está llamada a poder brindar un testimonio según corresponde a la voluntad de su Creador. Las parejas al inician su proceso del noviazgo puedan llevar a cabo cada una de las etapas sin salta o que mar etapas. Dios a través de la Iglesia le concede a la familia poder gozar de un día establecido a la semana para que se encuentre consigo mismo y le rinda culto a Dios, de manera personal, familiar y comunión con toda la Iglesia.Ítem El hombre como «imagen de dios» en el pensamiento teológico de San Agustín(Universidad Católica de Trujillo Benedicto XVI, 2024-02-09) Ugaz León Roberto Andrés; Pacherres Torrejon Marco Antonio; -Recientemente el Concilio Vaticano II ha retomado la visión del hombre como «imagen de Dios», especialmente en su constitución pastoral Gaudium et spes. También ha manifestado la necesidad de un renovado interés en el estudio de la antropología en la Iglesia. De entre las grandes mentes que examinaron al ser humano desde la visión teológica en la historia de la teología católica, resalta de modo eminente la figura de san Agustín. El presente trabajo de investigación busca realizar una aproximación al concepto del hombre como «imagen de Dios» en la antropología teológica del Santo de Hipona, a partir de su obra De Trinitate.Ítem El hombre en conexión con Cristo en "La Esencia del Cristianismo" de Romano Guardini(Universidad Católica de Trujillo Benedicto XVI, 2020) Fuentes Ortiz, Ramiro; Cordova Valenzuela, EleuterioEn la presente investigación se busca la fundamentación de la conexión del hombre con Cristo a través de la esencia del cristianismo de Romano Guardini. En esta obra se aborda y se reflexiona sobre el cristianismo en abierto diálogo con otras religiones desde las más próximas, las religiones monoteístas, como el judaísmo y el Islam, hasta las más lejanas, las grandes religiones orientales. Todo lo cual constituye el pórtico de una reflexión sobre lo que tiene de específico el cristianismo, en donde se destaca una vigorosa reinterpretación de la relación del hombre con Dios. Esto podría interesar a toda persona abierta, con preocupaciones religiosas e intelectuales, para quienes la teología cristiana puede dar luces para la reflexión y el diálogo que puede ser perfectamente instructivo y valioso. Frente a la interrogante ¿qué es la médula de la cristiandad? la respuesta la encontramos de modo evidente y claro en Nuevo Testamento: es Jesucristo y esto es lo que me propongo evidenciar en este trabajo a través de la obra de Romano Guardini. Esta pregunta está latente desde los inicios del cristianismo, en nuestros tiempos la sociedad está marcada por diversas creencias y se profesan distintas religiones, cada una trata de vivenciar y fundamentar su doctrina. Por eso es importante dar una respuesta convincente y evidenciar que vivir el Evangelio es un vivir en Cristo. La misión y el problema de la Iglesia en sí, es anunciar el Evangelio al no conocer a Cristo, muchos conocen poco o simplemente tienen una errática Comprensión del misterio de Cristo no buscar relacionarse, unirse, integrarse, configurarse con Él para formar el Cristo total, Cristo y la Iglesia, Él la Vid y nosotros los sarmientos1 Frente a esta misión el Magisterio Eclesial se ha pronunciado en diversos documentos, planteando las formas correctas de interpretación y vivencia teniendo siempre a Cristo en su ser, voz o verbo, y en su realizacion. La actual tarea del creyente corresponde seguir la correcta doctrina, confiada a la Iglesia para no tener una errada vivencia en la relación con Dios. Por ello este trabajo tiene como objetivo principal exponer lo que es lo esencial del ser cristiano en el escrito de Romano Guardini “La esencia del cristianismo”. Este objetivo se cumple a través de cuatro capítulos. En el capítulo I presento las nociones preliminares necesarias para ubicar la obra de Guardini que dio respuesta en su tiempo y tiene una valencia actual en este tiempo. En el capítulo II se presenta el planteamiento de la esencia del cristianismo donde nace con el verbo encarnado2 y no obtendra desligarse de Él, es decir que lo constituye una persona concreta: Cristo. Éste planteamiento se desarrollará en dos grandes momentos: por un lado está en el Nuevo Testamento e inicios de la Iglesia y por otro desde la época moderna en adelante. En el capítulo III se aborda la respuesta propia de Guardini donde analiza a los maestros espirituales, a los profetas, apóstoles y llega a la afirmación que ninguno pretende ser el contenido mismo de su predicación como es el caso de Cristo. Lo esencial al cristianismo se desarrollará en siete momentos claves, todos ellos con su centralidad en Cristo. En el capítulo IV se enfoca la mediación y redención de Cristo, Él limpia nuestra naturaleza enferma de pecado y nos da una carne limpia de todo pecado, es así que se da nuestra participación en Cristo. Llegamos al resultado donde podemos sintetizar con Guardini que la esencia del cristianismo es el ser de cristo, en su indivisibilidad trascendental y a traves de su bienaventuranza perenne corresonde al estrato precisado en el subisitir, el proceder y en el principio de lo cristiano. Ahora concluyendo y a fin de elaborar evidentemente en un exclusivo aspecto la emvergadura de estas incognitas, insinuaremos a la confirmaicion clásica del resultado cristiano a modo de creencia de filantropia (amor). Sin embargo este asierto debe entenderese no absolutamente, tampoco como filantropia religiosa no obstante como amor encaminado a una persona concreta, como posibilidad absoluta: Jesu Verbo divino. Son relevantes y actualmente importante las conclusiones que podemos concluir de la visión de Guardini sobre la esencia del cristianismo y quisiera compartir.Ítem La humanidad del verbo encarnado que salva(Universidad Católica de Trujillo Benedicto XVI, 2020) Cortez Zamora, Carlos Alberto; Guevara Zagaceta, AdolfoEstas páginas aspiran a ser, ni más ni menos, una investigación de índole bibliográfica sobre la Humanidad del Verbo Encarnado que salva. Esto, tal vez, implica una intrepidez personal, ya que no será fácil su desarrollo, tanto por la amplitud que encierra en sí mismo el tema, como por la extensa bibliografía que al respecto han desarrollado muchos autores. Por eso, pretender abarcar toda esta amplia información resultaría imposible; de ahí que los tres capítulos del presente informe solo intentarán acercarse a una explicación esquemática y concisa. Aquí tienen al hombre (Jn 19, 5). Esta afirmación presenta de manera contundente y sin temor que Jesús fue verdadero hombre; a Él, los primeros apóstoles, concretamente Pedro, lo reconoció como “el Cristo, el Hijo de Dios vivo” (Mt 16, 16). Por eso, Él es el enviado de Dios, en Él está la esperanza y el consuelo de la humanidad que sufre; Él, en definitiva, es el hombre que “ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido” (Lc, 19, 10), pues, “no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos” (Hch 4, 12). Por tanto, Jesucristo verdadero Dios y verdadero Hombre, es el Salvador de la humanidad; tal es el misterio central de la fe cristiana que se ha profesado desde la era apostólica en adelante. Él se ha constituido en camino de salvación, de ahí que, solo por Él y en Él el hombre puede llegar a ser hijo de Dios. Ante lo expuesto, surgen innumerables preguntas que, desde luego, serán el hilo conductor que facilitará la exposición de los diferentes apartados de este informe; así, por ejemplo, resulta vital preguntarse ¿Desde qué aspecto, momento o acontecimiento es posible hablar de la humanidad del Hijo de Dios? ¿Cómo entender dicha humanidad frente a la nuestra? ¿Hasta qué punto se puede determinar su dimensión salvadora? Y si es verdad que Cristo vive ¿Dónde está presente? ¿Dónde se manifiesta como Salvador al hombre? Y de nuestra parte ¿qué nos corresponde hacer como seres salvados por la gracia de Dios? Estas y otras cuestiones se irán exponiendo a lo largo del desarrollo de los tres capítulos que comprende el presente trabajo, buscando, desde luego, consolidar la vida de fe de quienes se sienten necesitados de un Salvador humano y sobre todo cercano a la realidad concreta de los hombres. Tal es el objetivo que ha despertado el interés, el esfuerzo y el empeño de la redacción de las siguientes páginas que el lector tiene a su alcance.Ítem La iglesia y el canto popular religioso en quechua(Universidad Católica de Trujillo Benedicto XVI, 2018) Requena Boza, Julio; Hennigan, ThomasLa comunidad quechua-hablante de nuestro país ha resguardado en su vivencia cristiana cantos religiosos en quechua los cuales son entonados en peregrinaciones, procesiones, rezos comunitarios, etc. Se observa que cuando algunos cantan o escuchan estas canciones sienten una fuerza espiritual que les mueve a manifestar, por medio de penitencias e incluso lágrimas, el dolor de haber fallado a Dios y la necesidad de acercarse nuevamente a su amor. Existen cantos religiosos populares en quechua que se han perdido por diversos motivos; entre ellas podemos mencionar; la ausencia de una clara manifestación de la conservación de estos cantos por parte de la iglesia peruana, ya sea porque desconoce el valor teológico y doctrinal que contienen o porque el trabajo de recopilación es sin duda un trabajo arduo y que necesita mucho tiempo. Los cantos que se han conservado, gracias a la religiosidad popular, pueden correr el mismo destino si es que no se les inserta oficialmente en la vida litúrgica de nuestra Iglesia, pero aquí surgen algunas interrogantes: ¿Estos cantos contienen rasgos teológicos y doctrinales cristianos? ¿Qué tipo de fuerza espiritual contienen? ¿En estos cantos se manifiesta una auténtica doctrina cristiana? ¿Pueden ser insertados para su uso en la liturgia? Así, el presente estudio pretende describir el valor teológico del canto religioso popular en quechua y su posible inserción en la liturgia y su uso en la evangelización de las comunidades de habla quechua. Para ello, se mueve en dos campos que a simple vista parecen ser distintos e incompatibles: la música sagrada litúrgica y el canto popular religioso en quechua. Por un lado, la música sagrada en la Iglesia tiene sus normas y prescripciones que hacen posible que ella no pierda su sentido y su finalidad dentro de la liturgia cristiana; y por otro, el canto popular religioso en quechua se ha mantenido en la religiosidad popular de nuestras comunidades quechua-hablantes y parecen estar ausentes de la vida litúrgicasacramental de la Iglesia. En primer lugar, apreciemos que la Iglesia, desde sus orígenes, ha tenido y tiene una relación estrecha con la música y el canto, especialmente dentro de las celebraciones litúrgicas. El papel que juega dentro de la liturgia ha sido manifestado claramente por el Concilio Vaticano II en la Sacrosanctum Concilium: “El canto sagrado, unido a las palabras,constituye una parte necesaria e integral de la liturgia”. De ahí que la liturgia se entienda como un diálogo entre Dios y los hombres. Dios nos habla a través de su liturgia y el hombre responde activamente en ella a través de los cantos. Al hacer un recorrido en los textos del Nuevo Testamento encontramos escritos himnos y cánticos que los primeros cristianos probablemente entonaban en sus reuniones comunitarias. Los Padres de la Iglesia, así mismo, dan testimonio de la utilidad de los cantos dentro de la liturgia, algunos componen canciones que utilizan para la catequesis y la predicación. Es con la reforma gregoriana en el siglo VI que la Iglesia adopta un estilo musical propio: el canto gregoriano. Logrando con ello unificar la liturgia y por ende el canto litúrgico. El Concilio de Trento, frente a las cuestiones que le apremian, dispone un uso adecuado de los cantos y la música sagrada dentro de la Iglesia. Es a partir de Pío X que se va definiendo claramente qué se debe entender por música sagrada. Pío XII es el primer Papa que habla sobre la música religiosa popular y alienta su uso pero fuera de la liturgia. El Concilio Vaticano II retomando los aportes anteriores pone mayor énfasis en la participación activa y consciente de la comunidad que participa en los actos litúrgicos, por ello dio cabida a la lengua vulgar en el uso litúrgico. En segundo lugar, la piedad popular es una de las riquezas que tiene nuestro pueblo. Notamos esto con facilidad al participar de una fiesta patronal, una peregrinación, o una procesión. Los gestos y expresiones de ella son variados pero contienen un alto sentido de fe y compromiso comunitario al momento de ser realizados. Uno de los ámbitos de la piedad popular, y tal vez la más notoria, es su expresión oral: el canto. El canto popular, y sobre todo el religioso, es uno de los pilares que ha logrado mantener la fe del pueblo a pesar de muchos vacíos evangelizadores. En todas las culturas encontramos estos cantos, entonados con ritmos y melodías propias de cada región. Para responder a las interrogantes expuestas arriba se presentan los tres capítulos de este estudio. El primer capítulo nos inserta en la relación de la música con la liturgia de la Iglesia desde su nacimiento con Jesucristo, se sirve para ello de los testimonios de la Sagrada Escritura, de los Santos Padres y del Magisterio. En el segundo capítulo se hace un recorrido histórico de los cantos religiosos en quechua a partir de la llegada de los españoles a América. Y finalmente en el tercer capítulo, se analizan teológicamente algunos cantos religiosos en quechua y se distinguen para qué momentos de la liturgia pueden ser utilizados.Ítem La ley evangélica, perfección de la ley natural(Universidad Católica de Trujillo Benedicto XVI, 2018) Loli Morales, John Fredy; Pacherres Torrejón, Marco AntonioDios llama al hombre a ser lo que es, a realizarse en cuanto persona humana. Por ello podemos considerar que al crear Dios al hombre, y dotarle de un modo de ser, de una naturaleza propia, le está llamando a través de ella a realizarse según ella. Podemos decir que Dios llama al hombre desde la leymoral natural, en la cual lee su misma conciencia, de modo espontaneo y natural. La idea y objetivo medular de este trabajo es demostrar la existencia y, simultáneamente, la insuficiencia de la ley natural para llevar al hombre a su plenitud de vida en el amor; ley natural que no es patrimonio exclusivo de cierto grupo humano, sino que por el contrario se constituye norma universal para todo el género humano creado por Dios. Como ya de alguna manera se vislumbra, el itinerario del trabajo es concebir la ley natural como las exigencias imperativas derivadas de la naturaleza humana. Nos es por tanto necesario establecer el concepto de naturaleza humana, como norma del bien; se busca en esa misma naturaleza el fundamento y la fuente de la ley moral. Dios es autor de la ley natural, pues la ha promulgado por el mismo hecho de haber creado la naturaleza humana con sus cualidades y tendencias, y con las obligaciones que de ella dimanan, y por el hecho de haber dado al hombre la capacidad de conocerla. Y una muestra clara de ello es el planteamiento que hacemos de los diez mandamientos como una manifestación de la ley natural, Dios lo ha querido así. El contenido de la ley natural, que la razón puede alcanzar, ha sido revelado en el Decálogo. De este modo el creyente conoce su contenido también mediante un elemento externo o escrito, no ya por sola tradición de los hombres, sino otorgado por la misma sabiduría de Dios. El Decálogo contiene la totalidad de los preceptos deja ley natural. En un segundo momento del trabajo, desarrollamos la ley evangélica, entendida, como una ley que no se limita sólo a mandar lo que debemos hacer, sino que da la luz para conocerlo y fuerza para cumplirlo; no se limita a indicamos lo que hemos de hacer y a exhortarnos a llevarlo a cabo. Figuradamente hablando es como si la ley natural fuese un hombre con una linterna entre manos en medio de la oscuridad, intentando ampliar su panorama de visión; cometido que no lo logrará completamente sin esa ley que concede plenitud y claridad, ley que disipa la oscuridad para introducir aquello que perfecciona toda ley: el amor, ley de Cristo, ley del Espíritu Santo, ley de vida interior, ley evangélica. Por consiguiente, se afirma que el hombre puede conocer la ley con las simples fuerzas de la razón natural, lo que no puede hacer es cumplirla. La ley natural por si sola es tan incapaz de justificar al hombre como la ley del Antiguo Testamento. Quien vive los primeros principios, los más elementales de la ley natural, está mejor dispuesto y capacitado para amar a Dios. Aun cuando el cumplimiento de las normas morales suponga esfuerzo, aquel que ama a Dios las observa con gusto. Y esto no es sino una consecuencia de la ley evangélica. ¿Puede hablarse de ley a propósito de la nueva vida en Cristo? ¿No equivale esto a insinuar que el aspecto legalista, tan característico de la antigua ley, superada, continúa prevaleciendo en la nueva? Semejante objeción solo tiene alcance si únicamente se ve la ley en su aspecto externo; en cambio, si se toma la ley en sentido propio, aunque analógico, de ordenación, de orientación del obrar humano hacia un bien, es indiscutible que la nueva ley en Cristo puede llamarse ley en cuanto tal, que orienta al hombre hacia su destino sobrenatural por una transformación profunda de la naturaleza humana. Esta ley, tiene como finalidad hacer al hombre participe de la naturaleza divina en Cristo y, por ende, de la ley nueva evangélica, es la salud eterna, la justificación del hombre en Dios. Esta justificación tiene como principal característica, la renovación interior del hombre cuyo efecto es hacerlo participe de la naturaleza divina y, consiguientemente hijo adoptivo de Dios, a la vez abrirlo a una perspectiva de expansión. Colocaremos asimismo en el centro mismo de la ley nueva a lo que se le ha llamado la carta magna del reino de Dios, por ende, del cristiano: el sermón de la montaña que, implica un profundizar en el sentido de la interioridad, en el nivel del corazón. Lo esencial reside en la bondad del corazón y la calidad de la intención, es una moral totalmente interior opuesta a la moral exterior de la ley. Se trata pues de un destino que trasciende radicalmente las posibilidades y exigencias de la naturaleza humana, por elevarla a un nivel propiamente divino Así la ley natural expresa las tendencias y exigencias de la naturaleza humana racional. La nueva ley, divina, no es otra cosa que el dinamismo divino que hace al hombre capaz de alcanzar la filiación divina. Ahora bien, este dinamismo introducido por Dios en la humanidad, no es otra cosa que la gracia del espíritu Santo que actúa en el hombre para transformarlo. En un tercer y último capítulo desarrollaremos el punto convergente de los dos anteriores. Perfección de la ley natural y universalidad de la ley evangélica, pasando por un parangón hecha entre el sermón de la montaña y los diez mandamientos. Antes la ley se presentaba como un cumulo de prohibiciones, como una pesada carga difícil de soportar, en cambio cuando la ley se corona con el mandamiento nuevo se experimenta la verdad de las palabras de San Agustín: ama y haz lo que quieras, el amor lleva a cumplir gozosamente los simples deseos del amado y no solo sus mandatos. La persona de Jesucristo es la norma, la ley del cristiano. La plena valorización de la ley natural presupone el nuevo plan de gracia, en el que se otorga a los creyentes “comprender” y cumplir el inexorable mandamiento. La ley del cristiano, ya no está solamente en el Decálogo como si todo siguiese igual que antes de la venida de Jesucristo. Se trata pues, sin duda de una ley de fe y de conocimiento sobrenatural. Esta ley es, pues, una ley de amor (Rm 13,10). Debido a este carácter, la gracia, sinónimo de la nueva ley, se confunde con la caridad. Trataremos de establecer la existencia de esta ley natural, luego su eficacia propia en el orden cristiano de la gracia, entendida como la participación en la naturaleza racional del hombre, de la ley eterna y la fuente de los derechos de la persona humana. Aunque la afirmación ley evangélica, perfección de la ley natural, ha sido por mucho tiempo objeto de críticas para nada constructivas para la Iglesia y, además hoy este mismo tema ha caído en el olvido por parte de los que formamos la Iglesia, guardiana de los derechos morales naturales, nos sentimos motivados a revitalizar esta realidad tan cierta, que no puede pasar por desapercibida, no, tomando por separado a la ley natural sino identificarla, más aun, completarla con aquello que planifica y dignifica a esta ley innata en el hombre que es la ley evangélica.Ítem La liturgia en la iglesia del Vicariato Apostólico de Iquitos, aplicación pastoral en el Bautismo.(Universidad Católica de Trujillo Benedicto XVI, 2018) Vásquez Pasmiño, Roy Andrés; Guevara Zagaceta, AdolfoLiturgia y Sacramentos son dos aspectos diferentes, pero no dos realidades separadas. Ambos constituyen el mismo objeto existente en cuanto son celebraciones de la Iglesia. La celebración litúrgica no se reduce a uno de los siete sacramentos, sino que los siete sacramentos constituyen las celebraciones litúrgicas dentro de la Iglesia; los cuales solamente se puede vivir desde la experiencia de la fe. En realidad, es la misma vida de la Iglesia, y la vida de la Iglesia no es otra cosa que la renovación y la prolongación de la vida de Cristo en las almas a través de los siglos; es la vida del cuerpo místico de Cristo. Y a esa vida no es ni puede ser sino la vida Divina comunicada a los hombres. Por eso, “La liturgia nos mete y nos inunda del misterio para celebrarlo y vivirlo. Un misterio que en la misma celebración aparece no como abstracto y lejano, sino como cercano, presente, vivo y actuante a través de los símbolos”. (Borobio, 2006, p. 28). La liturgia como acción de Cristo y de la Iglesia, continúa la obra de salvación por medio de gesto, palabras y símbolos. Por eso, me gustaría hablar en este primer capítulo de modo general y a la vez dar algunos alcances de lo que es la vida litúrgica dentro de nuestra Iglesia, para luego ir centrándonos en el sacramento del bautismo.Ítem Matrimonio católico hoy Una aplicación pastoral para las familias a la luz de “Amoris Laetitia”(Universidad Católica de Trujillo Benedicto XVI, 2020) Cabezas Pinchi, David Alonso; Farfán Córdova, EdinsonEl matrimonio católico está perdiendo poco a poco su sentido original que es, ser un sacramento de la Iglesia instituido por Cristo para la santificación de los esposos. Las jóvenes parejas al no conocer la importancia y los fines del matrimonio prefieren convivir antes que casarse. Los matrimonios católicos y también los que no lo son, cuando sufren alguna crisis terminan por separarse a poco tiempo de haberse casado, debido a la falta de madurez y también la carencia de no haber llevado una guía matrimonial y familiar, que les hubiera permitido tomar las cosas con más serenidad y responsabilidad. El matrimonio tiene un panorama amplio pero mi mirada va en dirección del matrimonio como sacramento en la Iglesia. Esto hace que me pregunte ¿la Iglesia va en busca de estos matrimonios y familias como si fuera la oveja perdida? ¿Se preocupa por ellas? ¿De qué manera? La respuesta a estas preguntas se pueden resumir en estas palabras: «La alegría del amor que se vive en las familias es también el júbilo de la Iglesia» estas palabras son tomadas de la exhortación apostólica “Amoris Laetitia” del santo padre Francisco y nos muestra el verdadero rostro de la Iglesia para con los matrimonios y familias en la actualidad. La exhortación apostólica “Amores Leticia” ha recogido los aportes de los dos resientes sínodos sobre la familia agregando otras consideraciones que puedan orientar la reflexión, el diálogo o la praxis pastoral, también ofrecen aliento, estímulo y ayuda a las familias en su entrega y en sus dificultades1. Sus aportes serán tomados para esta tesina sobre todo para darnos luces en la práctica pastoral.El tema concluyente consta de tres capítulos: su objetivo es buscar en el matrimonio católico las diversas formas de aplicación pastoral y así dar luces para la felicidad y la comunión de las familias. En el primer capítulo definiré el matrimonio católico entendido desde el Antiguo Testamento recorriendo por la creación de la primera pareja y la idea divina del matrimonio, conoceremos lo que significaba el matrimonio para los patriarcas y el pueblo escogido. En el Nuevo Testamento veremos la indivisibilidad, unidad y finalidad del matrimonio por ultimo daremos la noción del matrimonio sacramental y todo lo que conlleva esta definición: los testigos, los ministros, la materia y la forma. Al final incluiremos la definición del matrimonio que da el catecismo de la Iglesia católica. El segundo capítulo tocará al matrimonio desde la teología empezando por la patrología, veremos la doctrina de los padres más importantes de los cuatro primeros siglos en el cual sobre sale San Agustín. En este capítulo seguiremos de cerca la doctrina de los teólogos en especial de Santo Tomas de Aquino y de San Alfonso María de Ligorio, terminando en el magisterio de la Iglesia, el cual suma el concilio Vaticano II, la doctrina de los tres últimos Papas acerca del matrimonio y de la V Conferencia General de Episcopado Latinoamericano y del Caribe en Aparecida. Para terminar en el tercer capítulo trataremos de sintetizar y comprender las diversas pastorales que tiene la Iglesia (la pastoral pre matrimonial, pastoral matrimonial, pastoral postmatrimonial, la pastoral familiar y la pastoral de los divorciados) para poder aplicarlas al matrimonio y a la familia de nuestros tiempos. Teniendo como base la Exhortación Apostólica Amoris Laetitia, la cual es una fuente enriquecedora que va mostrándonos el camino para llegar a una pastoral que busque y encuentra y traiga de regreso a las ovejas perdidas. Concluyendo con una reflexión teológica desde el punto de vista pastoral.